En noviembre de 2016, publicaba en el blog del Club Baloncesto Las Rozas, una reflexión sobre la importancia de la coherencia en la gestión de los clubes de cantera…
El buen funcionamiento de un club deportivo depende de sus objetivos, de las personas que lo componen, de sus prácticas, de apoyos externos tanto públicos como privados… Internamente se requieren procedimientos, normas claras, diálogo, comunicación, respeto, sentido crítico… Además, se necesita satisfacer una exigencia presente en cualquier organización: que suscomponentes remen, todos/as, en la misma dirección.
Me parece importante subrayar esto porque a veces, esto de remar en la misma dirección no se produce en los clubes deportivos, si tomamos como referencia las directivas y el cuerpo técnico. No me refiero, lógicamente, a diferencias de criterios o de planteamiento, que es algo muy sano para toda organización, sino a puntos de partida generales y a comportamientos particulares una vez que se han tomado ya decisiones.
En ocasiones, hay personas en los cuerpos técnicos, para los que la directiva es simplemente un órgano de gestión que tiende a equivocarse, por desconocimiento o parcialidad, en las decisiones que repercuten en lo deportivo (que en realidad son todas).Hay casos en los que la directiva acierta (normalmente cuando actúa como piensa quien la enjuicia), pero es muy habitual que se equivoque (esto es, tome decisiones contrarias a lo que uno piensa) y que lo haga, además, movida por algún interés. Habitualmente, los que siguen estapauta de comportamiento, cuando no están de acuerdo con la decisión, no la defienden hacia fuerasino que la presentan como algo con lo que uno no tiene nada que ver (“es lo que ha decidido la directiva…”). Es algo parecido a lo que ocurre a veces desde el lado de la directiva cuando se critica hacia fuera decisiones (deportivas u organizativas) del cuerpo técnico, como si fueran decisiones de personas con las que no se tiene nada que ver.
Y es que, en ocasiones, hay directivospara los que el cuerpo técnico es un grupo de personas sin conocimiento en el campo de la gestión y por tanto sin valor en ese ámbito. Consideranademás que no tienen sentimiento de pertenencia con la organización y que buscan, única y exclusivamente, su éxito deportivo personal. Puede ser que en ocasiones esto ocurra, pero es importante que la directiva sea consciente de que es la principal (no única) responsable de conseguir ese sentimiento. A veces, las directivas observan al cuerpo técnico como padres/madres y no como miembros del mismo equipo y absolutamente necesarios para el logro de un proyecto. En otras ocasiones son simples trabajadores que tienen que seguir sus instrucciones sin margen alguno para el diálogo. Cuando esta es la perspectiva que prevalece, el trabajo en la organización se hace muy difícil y, sin lugar a dudas, la organización sufre.Las directivas deben considerar al cuerpo técnico como parte de su equipo, como elementos de su proyecto. Y lo mismo debe ocurrir con el cuerpo técnico.
Tanto unos como otros deben trabajar para conseguir que los objetivos y programas del club, los deportivos y los sociales. Estos últimos, ya lo he dicho en otras ocasiones, son tan importantes como los primeros y sirven para identificar al Club. A veces, miembros del cuerpo técnico y/o de la directiva dejan a un lado estos programas (incluso sin haberlos conocido), se vanaglorian de hacerlo (normalmente en privado) y contribuyen con esto a romper la cohesión del grupo.
Y es que, para que un club funcione adecuadamente, es necesario que unos y otros nos sintamos parte de un proyecto común, que la información circule por las diferentes instancias, que establezcamos procedimientos para la toma de decisiones abiertos a todos y que una vez adoptada la decisión rememos todos en una misma dirección sin perder nunca el espíritu crítico.
Creo que en el Club Baloncesto Las Rozas tenemos esto claro y me parece que es una de las claves de nuestro funcionamiento. Pero no está de más recordarlo.
Rafael de Asís